Valores: Fundamentos de la calidad

Para Carlos Kasuga, empresario japonés que lideró la empresa Yakult, los valores son la llave para lograr la calidad en una empresa o en una nación. Orgulloso de su crianza tradicional japonesa y de su amor por México, país donde creció desde que era un niño, Kasuga está seguro de que es necesario educar no sólo en conocimientos, sino en la formación de una persona. De su conferencia “Calidad y Productividad al estilo japonés en las PYMES mexicanas”, compartimos su visión sobre los valores.

Los valores no tienen título, no tienen maestría, no tienen doctorado, pero son lo que hace al individuo, a la familia, a un país ser de calidad. ¿Para qué quieres tener en tu equipo a un ingeniero con maestría, doctorado, si no es honesto, si no es puntual? Si no sabe trabajar en equipo, mientras más años lo tengas en tu changarro más daño te va a ocasionar.

 

1. Puntualidad

Reloj de arena Al nacer trajimos bajo el brazo la torta del medio millón, pero no de dólares o pesos, sino de tiempo. Depende de cada uno de nosotros decidir si invertimos o gastamos cada hora. Carlos Kasuga nos invita a leer, a estudiar, a no dejar de cuestionarnos el por qué de las cosas pues esa pregunta es el inicio del conocimiento: por qué la luna se hace grande o chica, por qué no podemos aumentar la cantidad de agua en el planeta, etc. Él dice: “la vida es muy sabia, va a premiar con muy buenas utilidades a los individuos que hayan sabido invertir su tiempo. Y también es muy cruel y les va a cobrar intereses a aquellos individuos que se hayan atrevido a gastar su tiempo”. También es muy importante ser puntuales, cada hora que llegamos tarde a un evento o que nos distraemos, es una hora que pierde nuestro México.

2. Dignidad

Mujer enfrente de un negocio México es más rico que Japón. ¿Quién lo cree así? La mayoría podría pensar que esto es falso. Pero este empresario no relaciona la riqueza con el dinero y dice: “el suelo mexicano da toneladas de acero, hierro, cobre, oro, petróleo... y decimos que somos pobres. Ocho mangos en Japón cuestan 100 dólares, en Chiapas se pudren los mangos. En invierno, en Japón no consigues un jitomate, un melón. Esta tierra mexicana te da todo el año, sin pedirte nada. ¿Y quién le sabe decir gracias? Nadie. Sólo nos metemos la idea de que somos pobres, que nos tienen que dar y estamos pidiendo y pidiendo. ¿Qué nos pasa que no creemos en lo que somos? Tenemos recursos naturales, minerales, energéticos, gente, amor ¿y por qué decimos que somos pobres?”. Hay que creer en nuestro país, apreciar sus bondades y saberlas trabajar.

3. Limpieza

Señor en una escalera arreglando el techo Para Kasuga, la calidad, productividad, salud y ecología comienzan siempre desde la limpieza. Cuenta que en el Liceo Mexicano Japonés (escuela de la que es miembro fundador) los alumnos son quienes se encargan de la limpieza de las instalaciones. Y es que no debería de existir una distinción entre el rico y el pobre, en cuanto a que éste no es quien debe agarrar la escoba y barrer el mugrero de los demás. La limpieza es dignidad. En Yakult, por ejemplo, el baño del gerente es igual al del empleado.

4. Respeto

Hombre caminando, olvido su cartera Si no es tuyo, debe ser de alguien. Cuando llueve en Japón, afuera del metro colocan paraguas que la gente toma, utiliza y al día siguiente regresa a su lugar. Si inculcamos y practicamos este valor, no hay necesidad de gastar en policías, y en otros policías que vigilen a esos policías, y en cámaras que vigilen a esos policías. Es un gasto enorme el que empresas e instituciones realizan para que respetemos lo que no es nuestro.

5. Confianza

Padre e hijo sonriendo en una camioneta El mundo está lleno de papás, jefes, empresarios que con sus comentarios lo único que forman es a gente insegura, fracasada. Por ejemplo, si una niña se prepara para ir a un baile, se pinta ella solita, se pone su vestido, sus collares, sale a la estancia de su casa y su tía le dice: “Ay, qué feo te queda ese vestido, mejor te hubieras pintado de esta manera…”, cuando esa niña llegue al baile no tendrá la confianza suficiente para bailar y disfrutar ser ella misma. De igual manera, estamos acostumbrados a formar a nuestros hijos o empleados diciéndoles qué hacer o lo que deben hacer, y así cuando un joven se gradúa no tiene iniciativa, porque nadie le dice para dónde moverse. Necesitamos formar con nuestras palabras a gente que se le ame, que se le respete, que busque soluciones y que al equivocarse la consecuencia no sea el castigo, sino la comprensión de que nadie es perfecto y necesitamos formación. ¿Qué opinas de estos valores? ¿Cuáles son los que tú consideras básicos para liderar un proyecto y para ser parte de un proyecto exitoso? Comparte tus opiniones con nosotros.

Etiquetas:
Emprendimiento
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