La aguja más pesada

Muchas personas dicen que el primer trabajo siempre es una experiencia pesada. Para mí, lo más pesado de mi primer año laboral fue una línea roja en el tablero del carro: la aguja del medidor de gasolina. Sé que mientras manejé mi auto durante ese año, las dos cosas que más miraba eran el camino y la aguja. Era un estrés y una culpa cargar el tanque de gasolina y manejar a cualquier lado, porque con 500 pesos no llenaba el tanque de mi carro, modelo sedán (todavía fuera una camioneta, bueno, pero ¡un sedán!), y con cualquier salida, por más pequeña, la aguja del carro bajaba tan rápido y sin remedio… como si estuviera cayendo eternamente de lo más alto de una montaña rusa. Así que mis salidas con amigos, mis visitas a la casa de mi novio, mis salidas a cualquier lado eran sofocadas por este pensamiento constante de que “la aguja está bajando”, como el tic toc de una bomba que no podía detener. Dejé de dar ride voluntario a amigos aun cuando la ruta me quedaba de paso, incluso dejé de ir a la casa de mi novio porque él era al único al que le tenía confianza suficiente para decirle “me siento presionada por el gasto de la gasolina”. No dejé de salir por completo, pero cada paso que pensaba dar afuera de mi casa iba acompañado de un cálculo de gastos a mis cuenta, de estimados para el mes, de números… No estaba desempleada. Tenía un ingreso fijo, no muy elevado, pero suficiente para una joven de 23 años que vive con unos papás que cubren en un 80% los gastos de la casa. Entonces ¿cuál era mi estrés? Decidí irme a un voluntariado a la costa de Yucatán. Ahí conocí a personas con distintos estilos de vida, entre ellas, una chava de 30 años que gana menos de $ 5,000 pesos. Me sorprendió cuando fuimos a un restaurante, porque mientras yo escogía mi comida basada en los precios, ella pedía exactamente lo que quería porque “no pagaba por la comida, sino por pasar un rato comiendo con buenos amigos.” Vaya, no gasta su dinero… lo invierte en los momentos que ella elige. ¿Existe mucha gente así? ¿O hay más gente que ahorra porque gastar le causa ansiedad y culpa? ¿Que trabaja y tiene su ahorro, pero nunca hace nada con ello porque tiene miedo a dejarlo ir? Gente que se pasa ahorrando su energía, su dinero, sus sentimientos, por pensar que habrá una mejor oportunidad para gastarlo… Recuerdo una frase que dice que uno viaja no para cambiar de lugar, sino de ideas. Cuando regresé del voluntariado, sin darme cuenta ni pensarlo, me subí a mi carro y manejé los 30 minutos para visitar a mi novio. Iba con la ventana abajo, cantando, y pisando el pedal a unos saludables 80 km/h… no fue hasta que llegué a su casa que me di cuenta de lo diferente que había sido el trayecto. Me sentí sin peso... liberada. De vez en cuando aún volteo a ver la aguja del tablero. A veces me vuelve a aplastar, pero mientras escribo esto, recuerdo. Y sé que las experiencias de mi primer año como empleada son esas ventanas y puertas por donde me escabullo de esa idea esclavizante del dinero, que me detiene, me hace sentir culpable y estresada, y que llena de mi vida de cálculos. Cómo hay ideas que pesan… qué desperdicio sería que éstas sean las que dirijan mi vida.

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Historias
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